Si quieres, observa tu Yoni con calma en este momento. Sólo necesitas un espejo. Pregúntale a tu Yoni cómo le gustaría que lo tocaran. También puedes hacer la exploración de tu Yoni con tu cónyuge, lo importante es que tengáis la confianza suficiente para hacerlo. Buscad un lugar acogedor, cómodo y abrigado que podáis acondicionar a vuestro gusto. Nárrale a tu pareja los diálogos que van surgiendo en tu interior mientras te observas y te tocas suavemente. No se trata de valorar, comentar o discutir tus pensamientos. Ya sea sola o acompañada, explora tu Yoni con el mismo deleite y vivacidad, llena de sensualidad y de deseo.

Normalmente cuando observas tu Yoni de pie o sentada frente a un espejo no puedes ver más que una zona velluda triangular y ocasionalmente un poco más abajo el clítoris y los labios de Venus. Según las enseñanzas del taoísmo, en los labios de Venus se fijan el miedo a abrirnos y el deseo de ocultarnos. Ambas sensaciones pueden alejarse de esta zona mediante masajes. Según esas mismas enseñanzas, el clítoris alberga nerviosismo, desconfianza, impaciencia y tensión. Con el masaje del clítoris también podemos acabar esos bloqueos.

Para el reconocimiento de tu Yoni siéntate un poco adelante o sobre un espejo (de mano), preferiblemente un poco más grande de lo normal para que puedas tener ambas manos libres y así explorar tu Yoni con los dedos y te da reparos mirarte en el puedes explorarlo simplemente mediate el tacto (teniendo en mente o mirando un esquema de las diferentes partes anatómicas), descubriendo las diferentes texturas y sensaciones de tu Yoni. Si quieres explorar y conocer mejor el Yoni de tu pareja, pídele que te permita hacerlo.

El monte de Venus es generalmente velludo y se dirige hacia la parte inferior hasta llegar a los labios mayores que también son velludos en mayor o menor proporción. Los labios mayores y menores forman un abrigado óvalo que en su interior recubre la delicada zona del clítoris.

En algunas mujeres, los labios mayores recubren tanto el clítoris como los labios menores; en otras, son tan lisos que tanto el clítoris como los labios menores pueden sobresalir con claridad; en otras, los labios menores pueden ser muy largos y por tanto el clítoris estará recubierto por los labios mayores.

El óvalo formado por los labios mayores empieza en el ligamento del clítoris y pasa por la punta inferior del perineo. El área del perineo tiene entre uno y tres centímetros y forma un puente hacia el ano.

Si separas cuidadosamente con los dedos de ambas manos los labios mayores puedes ver con más claridad la perla del clítoris y su recubrimiento en forma de capucha. Esa capucha es lisa o con una textura similar a la de una costura y se extiende transversalmente hasta llegar a los labios menores. Éstos también forman un óvalo desde la capucha del clítoris hasta el orificio del Yoni (orificio vaginal o introito). Un poco más arriba puedes reconocer el orificio de la uretra. Este orificio, por el que se elimina la orina, no es más grande que la cabeza de un alfiler y es muy fácil de encontrar estirando el orificio del Yoni un poco hacia abajo con la ayuda de un dedo, de forma que la parte superior se tensione un poco. Así puede distinguirse la apertura uretral, la cual está recubierta por pliegues de la piel. La uretra desemboca en una sección muy corta que termina en la vejiga.

El orificio del Yoni está rodeado por un anillo formado por los restos del himen desgarrado. El himen es un pequeño apéndice de tejido que rodea el orificio del Yoni total o parcialmente hasta que la mujer haya tenido relaciones sexuales o el himen se haya roto por otras causas como el uso de un tampón, por el deporte o la masturbación.

Ahora nos encontramos en la zona interna del Yoni. Aquí se recomienda usar bastante lubricante y fijarse en que las manos tengan una temperatura agradable. Respirar profundo, suspirar y gemir facilitan la entrada al templo de tu Yoni o al de tu pareja. Si en este momento deslizas un dedo lenta y cuidadosamente hasta tu Yoni podrás explorar tu propia zona interior o la de tu pareja. Se recomienda tratar con sumo cuidado y atención.

La zona interna del Yoni se siente en cada mujer de manera muy diferente. Casi siempre es un lugar muy cálido con algunas zonas calientes y diversas, como un paisaje volcánico. La profundidad del Yoni oscila entre siete y veintisiete centímetros, el orificio relajado en estado natural puede tener entre dos y medio y ocho centímetros de ancho.

La sensibilidad o la excitabilidad de las paredes vaginales posterior y anterior, vistas en ese orden en una mujer acostada boca arriba, es muy diferente porque la parte alta está directamente unida al tejido esponjoso de la uretra y por esto esa zona es bastante sensible. Esto tiene un gran significado para la sexualidad, como lo veremos más adelante.

La zona anterior de la vagina es más fácil de palpar introduciendo el dedo corazón por el Yoni con la palma de la mano hacia arriba.

En muchas mujeres, la parte posterior de la vagina es menos sensible que la anterior lo cual no significa no tomarla en cuenta. Ahí pueden estar almacenados muchos recuerdos de lesiones psíquicas profundas, que se perciben como superficies más ásperas, nudos o puntos especialmente calientes.

Palpar la parte posterior de la vagina es un poco más complicado. La mejor forma de hacerlo es poniéndose en cuclillas e introduciendo el dedo pulgar por delante en el Yoni, empujándolo levemente hacia abajo. Si quieres explorar la parte posterior del Yoni de tu pareja desliza el dedo corazón en el Yoni con la palma de la mano hacia abajo.

En muchos casos se concibe la vagina como una cavidad que siempre está abierta y dispuesta a recibir al pene; en realidad es una cavidad cerrada porque la pared anterior de la vagina está en contacto con la pared posterior. El Yoni debe abrirse con precaución para que pueda exponer libremente toda su extensión.

Si ahora te deslizas con uno, o mejor con dos dedos hasta lo más profundo de tu Yoni, puedes palpar el cuello uterino (cérvix). El cuello uterino puede estar inclinado en diferentes direcciones, de manera que puedes ubicarlo hacia el fondo, en el medio o hacia la parte posterior. Alrededor del cuello uterino se encuentran energías espirituales muy sutiles que puedes activar mediante el tacto en esa zona. Si ya no tienes útero puedes tocar los tejidos de la cicatriz para igualmente activar las mismas energías.

Intuitivamente, con la ayuda del tacto nos hemos hecho una idea general de todas las zonas del Yoni. En los siguientes artículos podremos ocuparnos en detalle de cada una de ellas.

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