20
Feb
2024

Dedica diariamente de cinco a diez minutos para realizar este ejercicio. Revisa tu rutina, y los efectos en tu creatividad y alegría de vivir serán notorios.

– Realiza este ejercicio en un lugar donde no vayas a ser interrumpida, recuéstate cómoda y relajada con la espalda en tu cama o sobre una manta en el suelo.

– Frota las manos fuertemente una contra la otra hasta que estén calientes y se carguen de energía. Ponlas a ambos lados del abdomen bajo sobre los ovarios e inhala y exhala profunda y tranquilamente.

– Siente cómo la energía fluye directamente hacia tus ovarios. Repítelo de dos a tres veces.

– Detén tus manos tibias sobre los ovarios y concentra toda tu energía en ellos. Cuanta más presencia y atención relajada pongas, el contacto será más claro e intenso.

– Con tu ojo espiritual imagínate cómo se ven tus ovarios. ¿Son grandes, pequeños o de diferentes tamaños? ¿Se sienten aburridos o llenos de energía? ¿De qué color son? ¿Luminosos, oscuros, grises?

– Pregúntales a tus ovarios cómo están y qué desean de ti. Puedes estar segura de recibir una respuesta directa en forma de imágenes o de un sentimiento determinado.

– Empieza un diálogo interno con tus ovarios y no dejes pasar la sensación que tienes por el contacto con ellos. ¿Qué preguntas surgen? Tal vez los ovarios ya extrañaban tu presencia.

– ¿Surgen recuerdos, sentimientos o pensamientos en ese momento? ¿Qué producen? ¿Te alegran, te hacen sentir triste o pensativa?