25
Ene
2024

Si examinamos los labios mayores con atención notaremos que casi siempre son velludos y menos sensibles al tacto que los labios menores, Pueden ser grandes y carnosos o planos y delgados; en algunas mujeres, el tono de los labios mayores es un poco más oscuro que el de la piel que los circunda.

Los labios menores son lampiños y bastante sensibles al tacto. Pueden ser muy delgados y con un tejido similar al de la piel, pero también pueden ser cortos, gruesos, arrugados o carnosos. En algunas mujeres son más largos que los labios mayores, en otras, diminutos, casi irreconocibles. Pueden tener tamaños diferentes a ambos lados, verse ondulados, etc. Algunas veces tienen un color rosa muy similar al de la piel, pero también pueden ser de color café por la parte externa y rojizo por la interna, morado con tonos cafés o rosados.

Los labios mayores y menores son blandos y brillantes en su parte interna, cubiertos por glándulas productoras de aceite y de sudor, y con innumerables terminaciones nerviosas.

Mediante la excitación sexual aumenta la circulación sanguínea en los labios mayores y pueden tornarse rojizos brillantes.

Suele ser un placer para la mujer recibir un masaje extenso y detallado en los labios mayores y menores antes de estimular el clítoris. El roce de los labios mayores siempre es muy agradable aunque no se percibe como algo especialmente afrodisíaco se reacciona notablemente con más intensidad al masaje de los labios menores.

En muchas mujeres, la excitación sexual empieza en ese momento, situación que está muy relacionada (aunque no exclusivamente) con el inevitable hecho de tocar la perla del clítoris en ese momento. Algunas mujeres también se quejan de leves dolores, principalmente cuando se toca la zona posterior de los labios menores. Eso puede estar relacionado con irregularidades de las manos o las puntas de los dedos, pues en los labios menores todo se puede percibir de forma más fuerte e irritante; éstos son tan finos que siempre se deben masajear usando suficiente lubricante para evitar rasguñar con los dedos.

Casi todas las mujeres perciben el masaje de los labios mayores y menores como una preparación relajante y exhaustiva para la entrega mística al deseo sexual.